El factoraje como financiamiento para las Pymes

Por: Jorge Arturo Jiménez Sierra

En relación con las fuentes de financiamiento utilizadas por las empresas del país en el trimestre que reporta Banxico (2020), 77.1 % de las empresas encuestadas señaló que utilizó financiamiento de proveedores; 31.4 % usó crédito de la banca comercial; 19.5 %, de otras empresas del grupo corporativo o de la oficina matriz; 4.2 %, de la banca de desarrollo; 4.5 %, de la banca domiciliada en el extranjero; 3.3 %, por emisión de deuda.

La principal fuente de financiamiento de las empresas son sus propios proveedores; lo más preocupante es que la tendencia va en crecimiento. En tan solo nueve meses se incrementó el número de empresas que se financian con sus proveedores, del 77.1 % al 76.8 % al cierre de 2020.

Este problema es muy grave; los clientes de las pyme suelen financiarse y, en muchos casos, incumplir con los términos de crédito aprobados en la relación comercial. La falta de pago genera insuficiencia en el flujo de efectivo para cumplir con las obligaciones con sus propios proveedores.

Es por ello que el financiamiento, a través del factoraje, puede contribuir significativamente a las operaciones de las pyme y les proporciona liquidez, lo que les permite obtener de sus proveedores descuentos por pronto pago, además de crear certidumbre financiera al vender las cuentas por cobrar y recibir el importe de las mismas menos la comisión de la operación en una fecha determinada.

El origen del factoraje se enmarca en el siglo XVII. Según varias investigaciones, son los ingleses quienes detonan esta actividad financiera. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Factoraje Financiero y Actividades Similares (AMEFAC) fundada en 1988, el factoraje representa una fuente de financiamiento flexible y accesible. Lo define como el mecanismo de financiamiento a corto plazo que apoya el crecimiento de las empresas, obteniendo el pago anticipado de las cuentas por cobrar de ventas a crédito de los clientes mediante contrato entre la empresa de factoraje y sus clientes (cedentes), personas físicas o morales que realicen actividades empresariales. La primera adquiere de los segundos derechos de crédito relacionados con proveeduría de bienes, de servicios o de ambos, a un precio determinado o determinable.

Los tipos de factoraje son un recurso para cobranza delegada y directa, y sin recurso para cobranza directa. También se tiene factoraje internacional para operaciones de importación y exportación con cobranza mediante corresponsal.

Para que las pyme accedan a este tipo de financiamiento, es necesario revisar con clientes y empresas de factoraje si existen contratos y líneas de crédito para estas operaciones.

Para proveedores de grandes empresas del sector privado, gobierno federal, estatal y municipal, se ha implementado el esquema de cadena productiva en NAFIN. La gran empresa que constituye una cadena productiva registra en Nafinet las cuentas por pagar o documentos a favor de sus proveedores. Al vencimiento del plazo de pago de los documentos, la gran empresa liquida al banco los documentos operados por el proveedor.

La tasa, el monto de descuento y las comisiones dependen del riesgo de los títulos y de la empresa de factoraje, por lo se recomienda dar lectura a la Ley de Títulos y Operación de Crédito, Capítulo VII, artículos 419 a 431, para una mayor comprensión sobre este crédito.

El factoraje es crédito muy útil para financiar el capital de trabajo y apoyar a la liquidez, ideal para la pequeña y mediana empresa.

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