Implementación de la resiliencia organizacional en las empresas familiares

Por: Dunstan Oriel Torres Hernández.

Conoce cómo pueden afrontar las empresas familiares los conflictos y adoptar elementos del gobierno corporativo para prever y solucionar conflictos.

La empresa familiar es la estructura empresarial más replicada en el mundo, se encuentra en casi todos los sectores de la economía y existen de todos los tamaños, desde una pequeña hasta una multinacional. Su naturaleza asegura que su ADN sea, a menudo, muy similar; sin embargo, su fuerza puede convertirse en debilidad.

Una empresa familiar se caracteriza por la propiedad o alguna otra participación entre dos o más miembros de la misma familia durante su vida y en su funcionamiento. También se reconoce a la empresa como negocio familiar cuando pasa de una generación a otra.

La importancia de este tipo de negocio queda plasmada en tres datos: son el 89% de las empresas privadas. Segundo, su peso en la actividad económica, pues representan al 52% del Producto Interno Bruto (PIB). Tercero, la empresa familiar genera el 72% del empleo en nuestro país.

Este tipo de negocio es parte importante del tejido empresarial y del sistema económico de México. Por ello ha surgido una amplia literatura sobre el tema, pues son entidades que enfrentan constantemente el dilema de: ¿cómo mantener a la familia unida y paralelamente conseguir la continuidad de la compañía?

En respuesta a ello, la resiliencia organizacional siempre ha sido un atributo que ha marcado la diferencia en las compañías, especialmente en las familiares, cuya vocación de perdurabilidad las ha hecho testigo de los cambios en la economía y la sociedad a través del tiempo. Durante su historia, las empresas familiares han sabido adaptarse: afrontando los retos con optimismo y tenacidad para convertirlos en oportunidades de crecimiento.

Al observar a las empresas familiares surgen elementos característicos, como el pensamiento a largo plazo: las empresas familiares son conscientes de que su actuar hoy no es una historia finita, sino que la próxima generación se hará cargo. Ese enfoque se traduce en relaciones más sostenibles con sus clientes, proveedores y empleados. No obstante, las empresas familiares tienen la reputación de no incluir el gobierno corporativo ni contar con suficiente transparencia, pero esto ya no se corresponde con la realidad.

El concepto de resiliencia organizacional en las empresas familiares se define como «la capacidad de sobreponerse a situaciones de adversidad, amenazas y crisis». En estas empresas se construye mediante el compromiso del núcleo familiar y preservando un liderazgo capaz de brindar dirección al componente energético y transformador que posibilitará el fin común: la continuidad del patrimonio y el legado generacional.

Bajo este contexto, una mejor adaptación de las empresas familiares exige introducir y desarrollar el concepto de resiliencia en la práctica empresarial: con el objetivo de identificar el problema a tiempo, examinar la causa y la consecuencia, analizar la probabilidad, el impacto e importancia. Asimismo, monitorear, controlar y prevenir aquellos factores de riesgo capaces de perturbar —total o parcialmente— la gestión encargada de la implementación estratégica en función de los objetivos comerciales a corto y largo plazo.

Ante los escenarios catastróficos que hoy se viven, en los dos años más recientes hemos observado eventos que las empresas no incorporaban y que tenían muy poca o nula probabilidad de materialización. Para ello, fue clave la digitalización que garantizó la continuidad de numerosos negocios en un modelo remoto, permitiendo mantener la cercanía con los clientes en un periodo marcado por la distancia social.

Muchas entidades familiares multigeneracionales exitosas han respondido a estos retos mediante prácticas, principios y políticas de buen gobierno. En una empresa familiar es importante cuidar cada componente: pues de la combinación del talento personal y del ambiente adecuado —gestionando las relaciones y comunicación entre accionistas, la empresa y la propia familia— la convierte en una verdadera organización que aprende.

En años recientes se evidenció que muchas empresas familiares se hicieron más receptivas a la gestión externa. Obviamente, cada situación es distinta; aunque la preparación para la adversidad y la gestión proactiva de riesgos en previsión de eventos disruptivos ha sido un enfoque adicional para investigar la resiliencia organizacional.

Los ejecutivos de las empresas familiares se encuentran ante la necesidad de adoptar decisiones de forma rápida que garanticen la supervivencia del negocio. También se requiere una mentalidad estratégica orientada a la trascendencia en el tiempo del negocio familiar a través del camino de la institucionalización.

Para su fortalecimiento es fundamental el papel del gobierno corporativo, dado que es el sistema a través del cual los negocios son dirigidos y controlados, especificando la distribución de derechos y responsabilidades entre los diferentes participantes en los órganos de gobierno de las empresas familiares.

Un aspecto que distingue y favorece a las empresas familiares es el sentido de pertenencia; aunque también existe un riesgo real cuando la familia es proclive a convertirse en un factor perjudicial para la empresa: en muchas ocasiones surgen diferencias de opiniones y aspectos importantes sobre el futuro que causan conflicto. Es una realidad por todos conocida que si algunas no sobreviven a menudo se debe a disputas familiares, desacuerdos, falta de comunicación o porque se prepararon demasiado tarde para una transferencia. Abordar estos problemas a tiempo es vital, por lo que la presencia del gobierno corporativo permite planificar la sucesión hacia un proceso más inclusivo y colaborativo.

La introducción de un desarrollo organizacional centrado en la colaboración puede impactar positivamente en la resiliencia de las empresas familiares. A menudo, el manejo emocional y las relaciones familiares ocurre de una manera crítica y difícil de sobrellevar; pero con el apoyo de la institucionalización estas administraciones incorporan el aprendizaje reflexivo que ayuda a sus miembros a desarrollar habilidades que identifican problemas y crean estrategias inventivas para afrontarlos.

Desde una perspectiva general, en las empresas familiares no basta con establecer órganos de gobierno formales para gestionar adecuadamente los posibles conflictos: es preciso lograr que las estructuras cuenten con los procesos necesarios para su buen funcionamiento y que sus miembros tomen medidas estratégicas con la mirada puesta en el largo plazo a fin de mostrar resiliencia ante los ciclos económicos.

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