Planifica el cierre fiscal 2016

Por C.P. Daniela Pérez Izquierdo

Cuando se acercan los últimos meses del año, conviene que las empresas realicen su proceso de planeación para el cierre fiscal del ejercicio en curso, con la intención de evitar sorpresas en las cifras de recaudación tributaria.

Una vez cerrado el año fiscal, es mejor procurar anticipadamente, la eficiencia fiscal de la entidad económica.

Si bien la planeación fiscal de una empresa es un proceso técnico complejo y, primordialmente creativo, presentaremos a continuación la manera de simplificar dicha complejidad para que cualquier compañía cuente con un procedimiento práctico que le permita lograr sus objetivos. En términos generales, los pasos a seguir son:

1) Obtener la información contable con cifras reales acumuladas, de la manera más actualizada posible

Este primer paso, consiste en preparar el Estado de Resultados de la empresa por el período que va del 1o. de enero a la fecha más reciente posible del ejercicio en curso. Si no fuera posible obtenerlo, la balanza de comprobación también puede funcionar.

2) Determinar la información contable con cifras pronosticadas para los meses restantes del año.

El siguiente paso, es obtener el estado de resultados pronosticado de la compañía, de los meses restantes del ejercicio.

Es decir, si en el paso anterior se obtuvo el estado de resultados con cifras reales del 1o. de enero al 30 de septiembre de 2016, en este paso se deberá obtener el Estado de Resultados pronosticado del 1o. de octubre al 31 de diciembre de 2016. Posteriormente, ambos deberán sumarse para obtener el Estado de Resultados 9+3, es decir nueve meses con cifras reales y tres meses con cifras pronosticadas.

Para efectos de proyecciones, se sugiere utilizar premisas, lo más apegadas a la realidad posible, de preferencia, basarse en escenarios neutrales, no arriesgados u optimistas, pero tampoco conservadores o pesimistas.

3) Con base en la información contable anual (real más pronóstico) determinar la conciliación contable fiscal.

Una vez que se tiene el Estado de Resultados pronosticado para el ejercicio en curso, se debe realizar la conciliación del resultado contable con el resultado fiscal, incluyendo sus cuatro secciones detalladas (ingresos contables no fiscales, ingresos fiscales no contables, deducciones contables no fiscales y deducciones fiscales no contables). El objetivo de este paso es obtener la utilidad fiscal del ejercicio, determinada por conciliación.

4) Determinar el Impuesto sobre la Renta (ISR) y en su caso, la Participación de los Trabajadores en las Utilidades (PTU) correspondiente al ejercicio fiscal en curso.

Con la utilidad fiscal del ejercicio determinada en el paso anterior, será posible calcular el ISR del ejercicio y en su caso la PTU que se deberá distribuir a los trabajadores. Para determinar ambas cifras, se debe seguir el procedimiento establecido en el artículo 9 de la Ley del ISR vigente.

Si derivado del cálculo anterior resulta una pérdida fiscal o un monto de impuestos a pagar razonable para la compañía, el proceso de planeación quedaría concluido con este paso; si así no fuera, se debe continuar con el siguiente.

5) Determinar las estrategias para eficientar la carga fiscal y evaluarlas.

Este es el paso más importante del proceso. En principio, se debe revisar detalladamente que no queden de lado ingresos por acumular ni deducciones por disminuir.

Una vez incluido todo lo que se proyectó para el periodo de incertidumbre, entonces se debe pensar en ciertos ingresos que podrían posponerse para el siguiente ejercicio y en algunas deducciones que podrían adelantarse para el ejercicio en cuestión.

Por supuesto, esto produce un aplazamiento en el pago del impuesto, pero es importante considerar que el dinero de hoy siempre vale más que el dinero de mañana, por lo que sí genera ahorro para la compañía.

Posteriormente, es importante considerar operaciones que tengan como objetivo disminuir la carga fiscal de la empresa, siempre y cuando se tenga mucho cuidado, primero, de que dichas operaciones realmente favorezcan la operación o el negocio, segundo, de que el hecho de realizarlas no ocasione a la empresa un problema con prácticas fiscales indebidas; y tercero, que dichas operaciones no quebranten ni la Ley ni el Código de Ética de la empresa.

Bajo ninguna circunstancia se recomienda realizar operaciones ficticias, ni fraudulentas, mucho menos ilegales.

Si las operaciones de estrategia fiscal pasan los filtros antes señalados, se recomienda llevarlas a cabo y documentarlas como cualquier otra operación del negocio, es decir, se debe obtener un contrato firmado por las partes, realizar el registro contable, obtener la factura, liquidar la contraprestación respectiva y asegurarse de cumplir con todos los requisitos fiscales aplicables a la operación específica.

6) Calcular nuevamente el ISR y en su caso la PTU considerando las operaciones de estrategia fiscal

Como último paso, se deben incorporar las operaciones determinadas y valuadas en el paso anterior dentro de la conciliación contable fiscal del ejercicio en curso, con el objetivo de determinar la utilidad fiscal ajustada y, posteriormente, el monto de impuestos ajustados.

Nuevamente, si derivado del cálculo anterior resulta un monto de impuestos a pagar razonable para la compañía, el proceso de planeación quedaría concluido en este paso, de lo contrario es posible regresar al paso anterior las veces que se consideren necesarias.

Es relevante señalar que no es recomendable voltear el resultado fiscal de la empresa por estrategias fiscales, es decir, llevar a la empresa de utilidad a pérdida fiscal. El objetivo de la planeación fiscal es hacer más eficiente la carga fiscal de las entidades económicas, más no abusar del proceso para evadir impuestos. Si se hace caso omiso de esto, la probabilidad de que la autoridad fiscal detecte y se inconforme con las transacciones se eleva exponencialmente.

Hasta aquí el procedimiento general de planeación fiscal que proponemos, esperamos les sea de utilidad y que sus empresas logren minimizar la carga tributaria anual, dejando mayores utilidades y flujos de efectivo que les permitan planear otros fines para la sociedad.

¡Suerte con el proceso y a echar a volar la imaginación!

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