Administración del riesgo de crédito y de liquidez en las organizaciones

Por: Dunstan Oriel Torres Hernández.

La incertidumbre está presente incluso en el corto plazo, causada por la imposibilidad de determinar los eventos que pueden presentarse y sus resultados. Y con la incertidumbre, viene asociado el riesgo.

El riesgo nunca ha sido un tema tan relevante como lo es actualmente. Vivimos en una época de incertidumbre y turbulencia, cuando los escándalos y los desastres diariamente ocupan las primeras páginas de los diarios y ninguna empresa es inmune al impacto potencial de eventos inesperados.

Los negocios existen con el fin de generar valor para sus grupos de interés. Todos se enfrentan a la incertidumbre, característica que implica amenazas y oportunidades con el potencial de disminuir o aumentar el valor. La administración de riesgos permite manejar la incertidumbre a través del establecimiento de medidas para identificar, valorar y manejar los eventos potenciales que puedan presentarse y afectar el logro de sus objetivos.

En la actualidad, los retos para las ejecutivas y los ejecutivos, las organizaciones, los empresarios y las personas físicas son más globales y competitivos; esto hace que los recursos monetarios disponibles se deban manejar de una manera eficiente para obtener los mejores resultados.

Los recursos financieros son lo más importante dentro de una organización; por ello, es necesario usar este recurso de forma adecuada y aprovecharlo de la mejor manera posible en las inversiones.

En este sentido, la necesidad de que exista un capital de trabajo dentro de la empresa se puede evidenciar cuando aparecen diferencias entre el ciclo operativo de la empresa y su ciclo de efectivo. El capital de trabajo es necesario en una empresa por el número considerable de actividades que se realizan, lo que genera una gran cantidad de efectivo moviéndose en bancos, mercancías manejadas en inventarios y recursos utilizados en inversiones, cuentas por cobrar y activos circulantes.

El capital de trabajo comprende los recursos que permiten a las organizaciones mantener el giro habitual de su negocio de manera eficiente. Este capital está integrado por cuentas —principalmente de corto plazo—, también conocidas como cuentas de activo corriente o circulante.

La importancia de una administración eficiente del capital de trabajo es incuestionable, ya que la viabilidad de las operaciones de la empresa depende de su capacidad para administrar con eficiencia las cuentas por cobrar, el inventario y las cuentas por pagar.

En la era actual, la administración de la liquidez se ha convertido en una actividad cada vez más elaborada, porque ahora los administradores financieros tratan de extraer hasta el último centavo posible de utilidad con sus estrategias de administración del efectivo. Independientemente de lo que haya aprendido a lo largo de toda su vida respecto de las virtudes del efectivo, el administrador financiero de una compañía trata activamente de mantener este activo al mínimo, porque no genera utilidades. Cuanto menos efectivo tenga una empresa, tanto mejor será su posición en un sentido general; no obstante, nadie desea ser sorprendido sin fondos en efectivo cuando se necesitan.

Llevar saldos mínimos de efectivo y saber con precisión las fechas en las que entra o sale de la compañía, mejora su rentabilidad general.
En este orden de ideas, el riesgo de liquidez comprende la probabilidad de que una empresa no cuente con líneas de crédito que pueda utilizar ante una demanda de efectivo. La liquidez es tener la seguridad de poder afrontar el pago de todas las obligaciones contraídas.
Analizar el riesgo de liquidez sirve para que una empresa mida y analice adecuadamente la volatilidad de sus depósitos, endeudamiento, grado de liquidez, efectividad de sus activos y pasivos.

Existen varias razones para mantener efectivo: liquidar transacciones, mantener saldos de reciprocidad en los bancos y por precaución. El primer motivo implica emplear el efectivo para pagar los gastos planeados de la compañía —como suministros, nóminas e impuestos— e incluye las adquisiciones proyectadas de activos fijos a largo plazo. La segunda razón importante para mantener efectivo se debe a la práctica de llevar saldos a efecto de compensar a un banco por los servicios proporcionados, en lugar de pagar directamente esos servicios.

Por otra parte, muchos proveedores y fabricantes venden bienes y servicios a crédito. La gestión del riesgo de crédito ayuda a los proveedores a tomar decisiones de préstamos directos en función de la salud financiera de sus clientes, lo que puede indicar su capacidad para pagar a tiempo. Extender la cantidad apropiada de crédito (conocido como límite de crédito) a compradores calificados, puede reducir el riesgo de pagos atrasados o incumplimientos, que pueden exponer al proveedor a desafíos financieros.

El crédito es una herramienta de financiamiento importante para cualquier empresa que opta por comprar directamente a un proveedor, especialmente cuando desea realizar compras continuas. La gestión del riesgo crédito es la práctica de determinar la solvencia crediticia: evaluar a los clientes nuevos y recurrentes para detectar el riesgo de demora o falta de pago.

En relación con lo anterior, muchos proveedores y fabricantes venden bienes y servicios a crédito. La gestión del riesgo de crédito ayuda a los proveedores a tomar decisiones de préstamos directos en función de la salud financiera de sus clientes, lo que puede indicar su capacidad para pagar a tiempo. Extender la cantidad apropiada de crédito (conocido como límite de crédito) a compradores calificados, puede reducir el riesgo de pagos atrasados o incumplimientos que pueden exponer al proveedor a desafíos financieros.

El acceso a datos comerciales precisos es fundamental a la hora de evaluar el riesgo crediticio. Los proveedores requieren que los clientes proporcionen su información comercial como parte de la solicitud de crédito. Los proveedores también suelen complementar la información que el cliente reporta por sí mismo consultando a las oficinas de crédito comerciales para familiarizarse con un nuevo cliente. Estos son algunos de los indicadores que se pueden utilizar para comprender el nivel de riesgo asociado con la concesión de crédito a una empresa:

a) Referencias comerciales: proveedores, instituciones financieras, accionistas y terceros interesados pueden informar sobre las experiencias de pago. Las referencias comerciales pueden resaltar pagos atrasados o incumplimientos en deudas comerciales anteriores y son una fuente valiosa de información que los proveedores deben considerar antes de otorgar crédito comercial.

b) Información bancaria y financiera: todas las solicitudes de crédito requerirán información bancaria para confirmar la relación entre el banco y el solicitante, además de la presentación de estados financieros preparados por la administración de la empresa y, si es factible, que se encuentren auditados por un contador público.

c) Investigación en Internet: noticias como cambios frecuentes en la administración o tiendas cerradas recientemente pueden indicar problemas sobre la salud financiera y la capacidad de pago de los solicitantes.

d) Calificaciones crediticias comerciales: las agencias consideran muchos factores al calcular las calificaciones crediticias de una empresa. Los modelos estadísticos comparan su desempeño contra negocios similares en la misma industria o región. Los análisis predictivos pueden revelar si una empresa tiene un rendimiento inferior o presenta un mayor riesgo financiero.

Para reducir o mitigar el riesgo crediticio, es necesario enfocarse en la selección adecuada del crédito, con el fin de clasificar a los clientes que podrán cumplir con sus pagos.

Para administrar de manera eficiente el riesgo de crédito y de liquidez en las organizaciones, se debe alcanzar el nivel ideal del activo circulante, lo que implica alcanzar el nivel óptimo de efectivo, inventario y cuentas por cobrar. Si bien cada una de estas cuentas se maneja por separado, sus resultados combinados mostrarán el nivel real de activos circulantes.

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