Qué son las Sociedades Financieras Populares
Por: Francisco Javier Gómez Serrano.
Las posibilidades para conseguir apoyo financiero han cambiado bastante con el paso del tiempo. Sin lugar a duda, todavía nos falta mucho camino por recorrer, pero estamos en el camino correcto, pese a que nos hace falta una mayor difusión y capacitación y, por ende, una inclusión más fuerte.
Sobre todo, incluir a personas que se encuentran más lejos del centro de la ciudad, lo cual hace que sus condiciones no sean tan afortunadas como las de quienes contamos con accesibilidad a distintos servicios como el internet, entre otros.
El sistema financiero ha generado comisiones que buscan acercar los medios para ofrecer apoyos económicos que beneficien a distintos sectores. Una de ellas es la creación de Sociedades Financieras Populares (SOFIPO) que ofrecen servicios de ahorro, crédito e inversión a un sector popular ubicado en zonas geográficas rurales reguladas por la CNBV dentro del Sistema Financiero Mexicano.
Tienen como propósito el fomentar el ahorro popular y extender el acceso al financiamiento a aquellas personas que, por su situación, han sido excluidas de los sistemas tradicionales de crédito.
- Acceso a microcréditos ajustados a las características de los clientes.
- Acceso a servicios financieros para personas de bajos ingresos, asegurando sus ahorros.
- Acceso a operaciones como el arrendamiento y el factoraje financiero.
- Adherirse a los beneficios de una póliza de seguro de vida.
- Asistencia técnica.
La Ley de Ahorro y Crédito Popular, reformada y publicada el 13 de agosto de 2009, establece:
- Regular, promover y facilitar la captación de fondos o recursos monetarios.
- Proteger los intereses de sus clientes.
- Establecer los términos en los que el Estado ejercerá la rectoría de las SOFIPO.
Hacia 2017, estas instituciones contaban con:
32 mil 797 activos
24 mil 515 en cartera de crédito
20 mil 573 de captación tradicional
6 mil 405 como capital contable
Se tiene el registro de 45 SOFIPO con 3.764 millones de socios, repartidos en mil 160 sucursales. Como podemos ver, el apoyo y la inclusión está en marcha, sin embargo, aún nos falta mucho camino por recorrer.
El Sistema Financiero Mexicano necesita trabajar con mayor decisión, pues algunos lugares remotos aún no cuentan con estas instituciones. Recordemos que el campo y zonas en pobreza no podrán salir adelante por sí solas, necesitamos diseñar un medio más eficiente si queremos ayudar de verdad a los que menos tienen. El campo y sus trabajadores necesitan de nuestro apoyo: si no hacemos algo, seguiremos escuchando cómo familias completas abandonan sus tierras y se mudan a la capital en busca de oportunidades.
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